Introducción

Buenos dias, buenas tardes, buenas noches..
he aqui el humilde pero no menos importante blog de los fundamentos tanto filosoficos como sociologicos de la educacion, decimos esto ya que el fenomeno de la educacion no puede estar en el aire, por eso necesita una firme base, la cual podemos encontrar dentro de la filosofia con grandes filosofos de renombre desde la antigua grecia Socrates, Platon, Aristoteles los cuales hasta el dia de hoy nos hacen pensar gracias a sus teorías del conocimiento, tambien conocimos personajes un poco más actuales como Basil Bernstein quien nos dio a conocer bastante sobre los codigos sociales, la transmision de la educacion etc. Entre otros, cabe destacar que no podemos olvidarnos de estas importantisimas lecciones ya que sin pasado no hay futuro, y como nosotros formaremos el futuro de nuestro país es fundamental que sepamos hacia donde queremos llegar, para así ser agentes de cambio social y no solamente parte del sistema de educacion deficiente que tenemos hasta ahora.
Este grupo de alumnos espera que esta web sea de tu agrado
bienvenido !!

Lo habias visto así ?

jueves, 27 de noviembre de 2008

Profesión Docente en Chile

Historia de la Profesión Docente


Los primeros educadores en Chile:
(Etapa republicana)

Los primeros educadores fueron y siguen siendo hasta el día de hoy las madres, ancianos y personas del entorno en que se desarrolla el niño, transmitiéndoles sus conocimientos sobre lo que es la vida y como deben desarrollarse en ella, estos son los llamados educadores informales.
Luego están los sacerdotes en la época colonial, fundadores de las primeras escuelas y colegios en ese entonces. Obviamente enseñaban sobre la doctrina de la iglesia e historia de la vida occidental, de forma autoritaria.


En un primer momento, hacia el año 1813 el gobierno ordena crear las primeras escuelas para niñas a cargo de las monjas

Se dicta el primer Reglamento de Maestros de Primeras Letras (mezcla entre la LOCE, LGE y estatuto docente).

En cambio los docentes de la educación secundaria y primaria se improvisan y trabajan en precarias condiciones; ya sea en e ámbito laboral, profesional, institucional; el sistema educativo esta recién en proceso de formación.

En 1842 se funda la primera Escuela Normal de Preceptores, refundándose a fines de los 80, por su mal funcionamiento.

En 1889 se funda el Instituto Pedagógico para formar profesores secundarios. A partir de esta etapa los profesores van en crecimiento y se puede hablar de una primera “profesionalización”.

A comienzos del siglo XX la enseñanza se comienza a feminizar y los docentes titulados empiezan a ser la mayoría.

En la primera mitad del siglo XX, los docentes pertenecen al Estado, formando una Alianza Estratégica, la cual los protegía, les daba seguridad y legitimidad ante la sociedad. Pero con el tiempo el Estado no tenia el suficiente dinero para los profesores ya que cada vez eran más, entonces comenzó la disconformidad de parte de los docentes creándose el Sindicalismo Magisterial.

Estos ya eran docentes capaces de formar personas a lo largo de todo el territorio nacional.

Ahora bien en 1973 se produce una crisis y el Estado cambió radicalmente: decidió que educar no era su obligación su responsabilidad y no seguiría a cargo del crecimiento del sistema educativo.

Rompió la alianza estratégica demonizó la noción de “trabajador de la educación”, pero dejó a los docentes bajo el cargo de código del trabajo.

Ofreció una segunda profesionalización. Los docentes se desempeñaban como técnicos, pero la modernización debía hacer que estos debían dar paso a lo profesional, siendo capaces de aprender constantemente, pudiendo actuar con responsabilidad personal y colectiva. Sin embargo, quien podía promover los cambios de los docentes de lo técnico a lo profesional era la renaciente democracia y política educativa de los años 90.

En el siglo XXI aun siguen siendo trabajadores de la educación. Pero empiezan a transitar desde un rol técnico a un rol propiamente profesional. Su saber es adquirido en las universidades.

Están desafiados constantemente a perfeccionarse o fracasar, a desempeñarse con autonomía, a decidir por si mismos como docentes en sus aulas o como equipos en un establecimiento; están convocados a hacerse responsables de su desempeño y a ser evaluado por su producto.

Los docentes aún deben convivir con los educadores informales: con al familia, pares de los estudiantes, medios de comunicación y otros agentes socializadores.

Todavía tienen que calificarse también en dominios técnicos: hay un saber pedagógico, sobre cuya base opera el profesionalismo.

La educación formal se ejerce en organizaciones complejas, estructuradas jerárquicamente y cuya administración esta en manos de los que no son docentes; como por ejemplo sostenedores, alcaldes. Ya que los docentes sienten que no son empresarios, ni quieren ser cooperativistas.

La profesión de profesor
Algunos creen que ser un pedagogo basta con tener los conocimientos que debe tener sobre contenidos escolares. En cambio otros dicen que el maestro se hace con la práctica. Si bien es importante el conocimiento de la materia por enseñar, o sino tiene las herramientas para su desempeño.
Se considera que el profesor efectúa una labor de semiprofesional, algo así como un técnico especializado. Hubo un momento en que se elevo a nivel profesional en las escuelas formadoras de docentes y quedan transformadas en universidad, pero coexistieron con escuelas normales. La carencia de docentes formados en instituciones adecuadas, se resolvió autorizando a profesionales que querían enseñar. Se hacían regulaciones para personas con experiencias. La práctica fue una manera de seguir estudios pedagógicos con menos cursos, prácticas y contenidos. Los maestros son aquellos que han pasado por un proceso universitario o equivalente, sin embargo nadie asegura que realizado satisfactoriamente el proceso de profesional de educación.

El profesionalismo, este término se asocia con normas conformadas por sus propios miembros y practicas características de una profesión. Se utiliza para el buen desempeño y eficiencia en una actividad. Está en función de los valores que se asumen y las concepciones que se sustentan. Quien actúa con profesionalismo no necesariamente conserva esta actitud en todos los campos.
En el siglo XXI se asocia el profesionalismo con la vocación al servicio, donde se establecían compromisos públicos al graduarse deben hacer un juramento, practica común en los exámenes de grado. El ejercicio de docencia por si sola tiene componentes de altruismo y requiere de una vocación de servicio.
La forma de evaluar mas favorita a los docentes es a través de los resultados obtenidos por los alumnos a través de las pruebas; resultados finales, cuantos reprobados y promedio del grupo. Las investigaciones muestran que no siempre las respuestas correctas provienen de conocimientos correctos. Aun aceptando las evaluaciones por medio de pruebas, no hay interés de saber el nivel del curso. Es muy difícil determinar si la acción del docente es efectiva o no, dado que no depende solo de conocimientos.

Se modificado el papel del maestro en nuestra sociedad a fines del siglo XX y a comienzos de este. Se ha cambiado el énfasis en el profesionalismo a la profesionalización. Se ha acentuado el poder y el privilegio, en el sentido de establecer comunidades exclusivas poseedoras de cualidades especiales ocupando un sitio privilegiados en la escala social. Aquí el profesionalismo queda de lado, no asegura un status que se percibe con la profesión. Sin embargo, estos dos elementos, aunque tengan énfasis en distintos aspectos, son elementos indispensables para mantener una profesión. Antes del siglo XIX no se conocía nada similar a las profesiones; en Chile solo se otorgaban grados académicos. La profesión es una respuesta a una demanda social que exige experiencia, pericia y conocimiento. Donde la gente está dispuesta a pagar, ya sea en tiempo, prestigio o dinero.
Las profesiones tienen como principal característica la posesión de un núcleo de conocimiento formal compartido. Un profesional administra el conocimiento en condiciones de incertidumbre y esta es la principal ventaja sobre el conocimiento informal. El conocimiento es información, pero además esta debe ser organizada, articulada y con interés social; éste puede ser utilitario, estético, terapéutico y económico.
Las profesiones administran conocimiento, siendo las universidades las que crean, preservan y transmiten éste. Además todo lo que aprendemos a lo largo de nuestra escolaridad hasta ahora es inútil, pero la estructura que se le dio a esa información es la que importa. Saber es participar. Las profesiones modernas tienen como segunda característica la de formar corporaciones que defiendan sus intereses convirtiendo en poder el saber. “El conocimiento es poder” decía Bacon, pero ese poder no es nada si los profesionales mediante su presencia pública puedan convertir el poder en saber en autoridad legitimada por ley. La ley impide que cualquier persona que no tenga el conocimiento necesario ejerza tareas que son propias de la profesión, la medicina por ejemplo, ya que separa expertos y no expertos.
En el latín medieval UNIVERITAS designa cualquiera comunidad, más tarde, al indicar un cuerpo dedicado a la enseñanza y educación se complemento: “UNIVERSITAS MAGISTRORUM ET SCHOLARIUM”, recién en siglo XIV, comenzó a utilizarse con el significado que tiene en le actualidad; en el renacimiento se impone UNIVERSIDAD.
En cada grupo profesional hay 3 subgrupos: los que renuevan el saber formal de la profesión, los que por innovación buscan nuevos horizontes; también los que defienden la profesión, para que no sean invadidos de experiencia por otras personas; y están los que trabajan directamente en el oficio.

El prestigio y autoridad se convierten en el poder de las profesiones. El conocimiento formal no es cualquier conocimiento, no es sólo información articulada con algún interés social, es un elemento central, también es conocimiento que se comparte y que, además, se enseña. El conocimiento no es lo único importante en las profesiones, ya que no es solo saber. Uno está en una profesión porque la sabe hacer, y está enmarcado por los códigos de ética. Estos tienen la misión de mantener la cohesión interna del grupo por medio de reglas, respetando al menos tres cosas: las metas de la profesión, los deberes que los miembros se han autoimpuesto, los derechos de las personas que tratan con esa profesión.
Las profesiones son producto de las sociedades avanzadas, contienen elementos anacrónicos, restos de origen religioso y de organizaciones gremiales medievales. Su expansión se debió a la pérdida de algunos rasgos tradicionales. En cierto sentido, lo profesional es sinónimo de imparcialidad, de ausencia de arbitrariedad, de calidad en el servicio, de entrega generosa, de esmero en el trabajo, de competencia.
En sus orígenes, el concepto está relacionado con la profesión clerical, en la concepción clásica de Spencer o Durkheim, las instituciones profesionales en principio fueron asumidas por sacerdotes y van sufriendo una diferenciación progresiva y una creciente complejidad. Antes del siglo XVI ser profesional era hacerse religioso, sometiéndose a las normas por votos de obediencia, pobreza y castidad. En eso residía la dignidad y el honor de ser profesional. A partir del siglo XVI, el término pierde su significado ascético, pero conserva reminiscencias religiosas como el concepto de vocación, de servicio a los demás o de renuncia a los intereses materiales.
Martín Lucero fue el primero en usar el vocablo profesión (Beruf). En su concepción, la vida contemplativa y ascética se considera el egoísmo, ya que no es un camino de salvación, tanto que el trabajo profesional es un deber para y con el prójimo, una expresión moral y una forma de corresponder al amor de Dios. La profesión es la vocación al trabajo en el mundo.

A partir del siglo XVII la especialización científica será uno de los determinantes del trabajo profesional y uno de los criterios para la jerarquización de estos. La ciencia empírica adquiere un estatuto privilegiado como fuente de saber, a la vez la práctica alcanza un muy alto reconocimiento como forma de alcanzar objetivos. El resultado de esa nueva concepción fue el auge de la ingeniería y la medicina como saberes prácticos y capaces de explicar por qué y cómo. En cambio los que fueron rechazados como oficios, trabajos o artes, que requieren habilidad, pero sin base científica. Sin embargo, el carácter científico es sólo uno de los componentes que ayudaron a distinguir las ocupaciones. La profesión no consiste tanto en una lista de rasgos que cumple un trabajo de forma fija e inmutable, sino un proceso continúo de búsqueda y perfeccionamiento para el logro de los objetivos.

El altruismo y la vocación de servicio es una parte fundamental en una profesión, de nada sirve tener amplios conocimientos y estar en constante profesionalización, si no se posee estas cualidades. La convicción de la importancia de la labor docente y el impacto que tiene en la sociedad se deben abordar con el análisis de las prácticas educativas, el monitoreo constante, la preocupación por el avance de los alumnos, tienen sentido en una perspectiva altruista. Ni los estudios ni las capacitaciones pueden asegurar el desempeño profesional, el buen maestro es el que se preocupó de los alumnos, que los trató con respeto y cariño. La vocación, las actitudes altruistas dejan huellas más profundas.

Lograr un equilibrio adecuado entre la vocación de servicio y los conocimientos es nuestra tarea como alumnos de pedagogía. La actividad docente requiere mayor atención, no sólo con asignación de recursos financieros o materiales, es darle el lugar que requiere. Siendo los profesores el pilar de la educación
El capital humano es el principal recurso con que cuenta una sociedad para su desarrollo presente y futuro, por lo que es fundamental impulsar políticas para mejores de las condiciones de vida de las personas para alcanzar un bienestar. Por lo mismo es fundamental impulsar un nivel educativo competente, que permita la formación de los ciudadanos en las diversas áreas, según las demandas de la sociedad y del mercado laboral.

La competencia es la capacidad de desarrollar eficazmente un trabajo, utilizando los conocimientos, habilidades, destrezas y comprensión necesarios, para así facilitar la solución de situaciones contingentes y los problemas.